jueves, 29 de noviembre de 2012


Si de algo se puede decir que “peco en demasía” es de ser, habitualmente, observador y meticuloso en exceso. Disfruto de conocer cada uno de los detalles, procedencia, comportamiento… de los peces que mantengo, lo que me lleva a investigar y a plantearme preguntas continuamente sobre ellos. Una de las preguntas más recurrentes de un aficionado al mantenimiento de los peces disco y, principalmente, a la cría de esta especie se centra en conocer los orígenes y descendencia de los ejemplares mantenidos. ¿Cómo eran sus padres? ¿Cómo serán sus descendientes?
Cuando lo que mantenemos en nuestros tanques son variedades híbridas establecidas de criadores reconocidos, resulta sencillo conocer cuál es la historia de nuestros peces. Es decir, conocemos de forma documentada cuál o cuáles son los cruces que se han realizado hasta depurar la variedad en cuestión y, preguntado al criador y dando referencias de donde los hemos adquirido, probablemente podríamos obtener, incluso, respuesta a la pregunta de quienes son sus progenitores.
La cosa se complica un poco cuando lo que mantenemos en nuestros tanques no son variedades establecidas y no provienen de un criadero reconocido. Hablamos de ejemplares que provienen de las instalaciones de criadores amateurs y que han sido obtenidos mediante el cruce de ejemplares de variedades diferentes.  Si conocemos al criador podremos obtener información acerca del árbol genealógico de nuestro ejemplar en cuestión y de la carga genética que porta y, de esta forma, llegar a aventurar que podemos esperar de un cruce futuro de nuestro ejemplar, pero… ¿Qué sucede cuando lo que mantenemos son peces capturados en la naturaleza?
La tercera posibilidad y más complicada se centra en conocer “algo” de la procedencia de nuestros ejemplares salvajes de pez disco. Evidentemente, conocer el aspecto de sus padres biológicos, simplemente a través del hijo que mantenemos en nuestro acuario, es totalmente imposible. Una ecuación con demasiadas incógnitas.
A+B= C
Conocemos el resultado “C”, pero es imposible “despejar” de la ecuación los valores “A” y “B”. La cosa cambia, sin embargo, si introducimos una variante, normalmente poco probable, en la ecuación. Que conozcamos “A”, “B” y “C”. Es decir, que mantengamos y reproduzcamos una pareja de ejemplares salvajes en nuestro comunitario. Alguien podría pensar que la situación sigue siendo la misma. Conocemos Los ejemplares que mantenemos y su descendencia, pero seguimos sin saber nada de los padres de nuestra pareja…bueno… ¿Habéis oído alguna vez eso de “tienes los mismos ojos que tu abuelo”?
A continuación intentaré exponer y explicar algunas nociones de genética básica que pueden ayudarnos a conocer de donde proceden y que podemos esperar de nuestros ejemplares. Los conceptos que voy a explicar pueden aplicarse a cualquier ejemplar de cualquier variedad, no siendo excluyentes en ningún caso.
Lo primero que hay que abordar antes de entrar en faena, son unos conceptos básicos de utilización frecuente en el tema que nos ocupa y que, en un gran número de ocasiones, no se utilizan adecuadamente.
GENOTIPO:
El término de genotipo hace referencia a toda la carga genética que porta un determinado ejemplar, es decir, al conjunto de genes que regulan cada una de las características físiológicas del mismo. Desde el color de ojos, el color de piel o el pattern, al tamaño del cuerpo, de las aletas o el número de barras de estrés. Dentro del conjunto de genes que completan el genotipo de un ejemplar, se conoce como FENOTIPO, al conjunto de genes que son apreciables a simple vista, como el color de ojos.
ALELO:
Los alelos representan cada una de las posibilidades en las que puede derivar un mismo gen. La mayoría de los mamíferos, por ejemplo, son diploides. Esto quiere decir que para un mismo gen, existen dos posibilidades diferentes de herencia genética. En el caso del color de ojos de un disco, por ejemplo, los alelos para la carga genética “color de ojos” serían rojo y ámbar. Cuando los alelos presentan una tipología clara, con un valor determinado (rojo-ámbar), se dice que son cualitativos, por el contrario, cuando el valor del alelo depende de la acumulación de la carga genética de alelos anteriores (color del cuerpo), se dice que es cuantitativo.
Los alelos pueden ser homocigóticos o heterocigóticos para el mismo gen. Se dice que los alelos de un gen son homocigóticos cuando todos portan la misma carga genética, por el contrario, se dice que son heterocigóticos cuando portan cargas genéticas diferentes.
Por otra parte, los alelos también pueden tener un carácter dominante, codominante o recesivo sobre alelos diferentes para la misma carga genética. Así, en el caso del color de ojos de los peces disco, el alelo “color rojo” es dominante sobre el alelo “color ámbar” recesivo. Cuando los alelos son codominantes, su influencia  en la descendencia es igual para ambas partes.
GENERACIÓN FILIAL:
El término de generación filial se acuñó para hacer referencia al cruce de dos variedades puras diferentes y a su descendencia, donde F0 sería el término utilizado para designar a los ejemplares de dos líneas puras  (homocigóticas) diferentes. F1 sería el término designado para hacer referencia a la primera generación (heterocigótica) de este cruce. La denominación F2 y siguientes se utilizarían para hacer referencia a los cruces sucesivos inbreading provenientes del mismo cruce matriz.
Cuando leemos el párrafo anterior, lo primero a destacar es que tradicional y sistemáticamente se han utilizado los conceptos de generación filial de forma errónea. Es frecuente definir la descendencia de cualquier pareja de peces disco como F1, sin embargo, esto solo es cierto si la pareja en cuestión es homocigótica para dos variedades diferentes. La descendencia, por ejemplo, de una pareja F0 de la variedad Blue Diamond, homocigótica para cada uno de los genes que forman su genotipo seguirá siendo F0. (Podemos decir que una pareja es F0 cuando su descendencia en F1 y F2 es 100% igual en todos sus ejemplares e igual a sus progenitores de origen) Sin embargo, si la pareja en cuestión está formada por un ejemplar de Blue Diamond homocigótico y un ejemplar, por ejemplo, Alenquer, también homocigótico,  la descendencia si sería F1, ya que sería heterocigótica.
En el caso de hablar de peces disco salvajes, sería normal considerar a nuestros ejemplares como F0, sin embargo ¿Es siempre así? Esta premisa sería correcta si hablásemos de ejemplares de la misma localización con características idénticas, pero no podemos dar nada por supuesto si contamos con ejemplares de localizaciones diferentes y con características diferentes.
En este caso, voy a poner en práctica toda esta teoría con una pareja formada en el acuario biotopo que mantengo. Se trata de la pareja formada por un macho procedente del río Trombetas que muestra el ojo ámbar, pattern royal y 9 barras de estrés y una hembra procedente del río Inanu que muestra la pupila del ojo de color rojo, pattern sólido y 9 barras de estrés.
Trombetas Royal Red (9 bars) x Inanu Solid Red (9 bars) couple

La primera conclusión obvia, es que, en el caso del macho, la característica ojo ámbar es homocigótica. Como he comentado con anterioridad, el alelo “ojo ámbar” es recesivo, por lo que, para que se muestre, los dos alelos que componen esta carga genética han de ser iguales.
HIPÓTESIS 1:
Supongamos que los dos ejemplares son homocigóticos para el factor genético “color de ojos”
Hembra Inanu Solid Red (ojo rojo)à AA (mayúsculas alelos dominantes)
Macho Trombetas Royal Red (ojo ambar)àaa (minúsculas alelos recesivos)
F1à 100% Aa. Ejemplares heterocigóticos con fenotipo de ojo rojo y con carga genética de ojo ámbar.
Esta hipótesis es totalmente factible y coincide con la descendencia obtenida de esta pareja.
HIPÓTESIS 2:
Sabemos con seguridad que el macho es homocigótico para el color de ojos. ¿Podría la hembra ser heterocigótica?
Hembra Inanu Solid Red (ojo rojo)à Aa
Macho Trombetas Royal Red (ojo ámbar)àaa
F1à Aa – Aa – aa – aa. 50% de ejemplares heterocigóticos con fenotipo de ojo rojo y con carga genética de ojo ámbar y 50% de ejemplares homocigóticos de ojo ámbar. Esta hipótesis no coincide con el fenotipo de los alevines obtenidos. 100% de ojo rojo.
Una vez planteadas estas dos hipótesis, ya se puede afirmar la primera conclusión. Los ejemplares de la pareja son homocigóticos para el color de ojo. 
Aunque interesante, esta conclusión no aporta demasiada información sobre la ascendencia de estos ejemplares. Simplemente con esto no se puede concluir que ambos ejemplares provengan de ascendientes homocigóticos, ya que los cruces entre ejemplares heterocigóticos también muestran en su descendencia un 25% de ejemplares homocigóticos para cada alelo (Aa x Aa= AA – Aa – AA – Aa) y los cruces entre un ejemplar heterocigótico y un ejemplar homocigótico para el color de ojos muestra un 50% de ejemplares homocigóticos. (Aa x aa= Aa – Aa – aa – aa)
En este punto, es necesario seguir un camino diferente para tratar de discernir si la pareja en cuestión está formada por dos ejemplares homocigóticos puros o, por el contrario se trata de ejemplares heterocigóticos para alguno de sus genes.
Cuando observamos la descendencia de esta pareja, destaca una característica que certifica que la pareja en cuestión no se puede considerar homocigótica para toda su carga genética. Se trata de la aparición de un porcentaje salientable de ejemplares con 10 barras de estrés.
En el caso de ejemplares salvajes de pez Disco, tanto Heckels como Verdes, bajo mi punto de vista, parece claro que el factor “9 barras" tiene carácter dominante, ya que este alelo es mostrado con abrumadora superioridad en el total de los ejemplares que componen la especie, sin embargo, cuando hablamos de ejemplares haraldis, la cosa se complica. El factor genético “número de barras de estrés” de los ejemplares abarcados por esta denominación, presenta y ha presentado muchas variaciones a lo largo de la historia, algunas de las cuales han aparecido mediante mutación espontanea en la descendencia de parejas de esta variedad. Al igual que en el caso de Heckels y Verdes, igualmente parece suceder en cruces de variedades híbridas comerciales. La siguiente pareja, similar en fenotipo a la pareja salvaje del comunitario, nos permite ejemplarizarlo.
Turquesa (Line Champion) (9 barras) x Alenquer Santarém (10 barras)
Turquesa Line Champion (9 bars) x Alenquer Santarém (10 bars) couple

Alenquer Santarém (10 bars) female
Lo primero a destacar de esta pareja es que parte de su descendencia muestra el ojo ámbar, por lo que ambos ejemplares han de ser heterocigóticos (Aa) para esta carga genética.
Turquesa Line Champion (9 bars) x Alenquer Santarém (10 bars) Orange eye

En cuanto al número de barras de estrés, el 100% de los ejemplares muestran 9. De este resultado, a mi modo de ver, se pueden extraer dos conclusiones.
1.       El factor genético “10 barras” y el factor genético “9 barras” no son codominantes. El 100% de la descendencia hereda el factor genético “9 barras”.
2.        Parece claro que, tanto el macho como la hembra, son homocigóticos para esta carga genética. (BB y bb)
Hembra Alenquer Santarem (ojo rojo – 10 barras) à Aabb
Macho Turquesa Line Champion (ojo rojo – 9 barras) àAaBB

F1à AABb – AaBb – AABb – aaBb.
50% de ejemplares homocigóticos ojo rojo y heterocigóticos 9 barras, 25% de ejemplares heterocigóticos ojo rojo y heterocigóticos 9 barras y 25% homocigóticos ojo ámbar y heterocigóticos 9 barras.
Este sería el caso del macho de la pareja salvaje de discos Haraldi del comunitario. Homocigótico para el factor genético ojo ámbar y heterocigótico para el factor genético 9 barras.
A partir de este punto podemos plantear otras dos hipótesis diferentes:
HIPÓTESIS 1:
Supongamos que la hembra Inanu es homocigótica para el factor genético “9 barras”
Hembra Inanu Solid Red (ojo rojo – 9 barras)à AABB
Macho Trombetas Royal Red (ojo ámbar – 9 barras)àaaBb

F1à 50% AaBb. Ejemplares heterocigóticos ojo rojo y heterocigóticos con fenotipo 9 barras y carga genética de 10 barras. 50% AaBB. Ejemplares heterocigóticos ojo rojo y homocigóticos con fenotipo 9 barras.
Esta hipótesis NO es factible. La descendencia de este supuesto mostraría en el 100% de los casos 9 barras y ojo rojo.
HIPÓTESIS 2:
Supongamos que la hembra Inanu es heterocigótica para el factor genético “9 barras”
Hembra Inanu Solid Red (ojo rojo – 9 barras)à AABb
Macho Trombetas Royal Red (ojo ámbar – 9 barras)àaaBb

F1à 50% AaBb. Ejemplares heterocigóticos ojo rojo y heterocigóticos con fenotipo 9 barras y carga genética de 10 barras. 25% AaBB. Ejemplares heterocigóticos ojo rojo y homocigóticos con fenotipo 9 barras. 25% Aabb. Ejemplares heterocigóticos ojo rojo y homocigóticos con fenotipo 10 barras.
Esta hipótesis es la más viable. La descendencia de este supuesto mostraría un 75% de ejemplares de 9 barras y un 25% de ejemplares de 10 barras, supuesto que no coincide totalmente con la descendencia obtenida de esta pareja. El porcentaje de ejemplares con 10 barras es muy superior al 25% del número total de ejemplares. Llegados a este punto, es momento de introducir un nuevo término en la ecuación. La dominancia incompleta entre caracteres.
Se dice que un alelo tiene dominancia incompleta sobre otro cuando en la combinación de ambos produce un fenotipo intermedio. Esta dominancia incompleta puede ser del 50% para ambos alelos (herencia intermedia) o de porcentajes diferentes, 60-40, 80-20…
Tradicionalmente se ha dicho que el número de barras de estrés en ejemplares haraldi se corresponde con un factor genético codominante, es decir, de igual influencia entre el cruce de ejemplares con un distinto número de barras, sin embargo, personalmente opino que el factor genético al que me referiré como “10 barras” no se corresponde con esta premisa. Bajo mi punto de vista, el factor genético “9 barras”, tiene dominancia sobre el factor genético 10 barras, aunque de forma incompleta. Premisa que se puede ligar con la experiencia ganada a través del establecimiento de la variedad SnakeSkin.
Los primeros SnakeSkin “comerciales” aparecieron mediante la mutación espontanea de un porcentaje muy pequeño de alevines nacidos de una pareja de Turquesa azul. Del total de alevines, una pequeña fracción presentaba un pattern mucho más fino y 14 barras de estrés. Este acontecimiento sirve para hacerse una idea de lo complejo que es valorar el método de herencia de este caracter. Simples condiciones ambientales pueden provocar la mutación de esta carga genética.
En estado adulto, algún ejemplar proveniente de esta mutación, fue cruzado por Paul Loo, un criador de discos asiático, con ejemplares SnakeSkin de origen salvaje de 9 barras, obteniendo ejemplares con un estriado todavía más fino. En lo que se refiere a las barras de estrés, el 60% de los ejemplares obtenidos presentaban 14 barras, el restante 40% no las presentaba, sin embargo, todos mostraban más de 9. Esta situación sería la contraria a la planteada por mí mismo, en la cual el alelo de menor número tiene dominancia incompleta sobre el alelo de mayor número de barras. Aunque, en mi opinión, al aparecer como mutación espontanea, el caracter “14 barras”, no tiene que guardar necesariamente relación en comportamiento con el caso que se trata. El factor SnakeSkin influye, además de en el número de barras, en el fenotipo completo de los ejemplares.
 Extrapolando esta experiencia a ejemplares de 9 y 10 barras, podría darse el caso de obtener un porcentaje más alto de ejemplares de 10 barras al estar más cercanos los caracteres.
Planteadas estas dos hipótesis se podría aventurar que los ejemplares de la pareja son heterocigóticos de forma incompleta para el factor genético “9 barras”. 
Esta conclusión aportaría un dato interesante de la ascendencia paterna de los ejemplares de esta pareja. En ambos casos, los ejemplares cuentan entre sus antepasados con ejemplares de 10 barras.
¿Se puede considerar esta pareja como “verdaderos F0”? A mi modo de ver NO.
De forma general se ha establecido la denominación F0 para todos los ejemplares de Disco extraídos de la naturaleza, sin embargo, en mi opinión, esta afirmación está lejos de ser cierta. Si por algo se caracteriza la cuenca amazónica, es por su enorme extensión y biodiversidad. Las condiciones similares, y a la vez cambiantes, de una extensión de tal magnitud, han facilitado la evolución diversa de ejemplares de la misma especie, sin embargo, al mismo tiempo que este territorio facilita la evolución diversa de ejemplares, facilita de la misma forma la hibridación entre las mismas. El ritmo de crecidas y sequías anuales agrupa en época reproductiva un número elevado de individuos con cargas genéticas cualitativas muy diversas. Conocidos son los Heckel Cross o los Ica Type, hibridaciones naturales, evidentes por su Fenotipo característico, de ejemplares de la misma familia pero de diferente especie.
En mi opinión, existen otro tipo de hibridaciones más sutiles, por tratarse de cruces entre ejemplares con un Fenotipo similar, que son más difíciles de detectar, pero que no dejan de ser hibridaciones naturales entre ejemplares que portan cargas genéticas cualitativas diferentes.
A mi modo de ver, por lo tanto, los ejemplares que forman la pareja objeto del estudio en el biotopo comunitario, deberían considerarse como híbridos salvajes. La prueba está en que, conocida parte de su carga genética, si se consiguiesen cruzar por separado, macho y hembra, respectivamente con otros ejemplares de carga genética homóloga, su descendencia nunca sería 100% igual. Ni entre ellos, ni entre ellos y sus progenitores.
Si continuamos estudiando el caso de la pareja formada por el macho Turquesa Line Champion (9 barras) y la hembra Alenquer Santarem, (10 barras) podemos añadir a las hipótesis de estudio el “factor genético Pattern”. El pattern o librea se corresponde con un factor genético codominante, es decir de igual influencia entre los alelos del gen. El cruce de un ejemplar sólido y de un ejemplar royal, debería resultar, por lo tanto en un 100% de ejemplares con pattern semiroyal.
Es verdad que este caso es bastante más complicado de valorar que el caso de un gen totalmente cualitativo y diploide, como, por ejemplo, el color de la pupila del ojo. La dificultad radica, en mi opinión, en discernir entre que es 100% Royal y que es 100% sólido. Teniendo en cuenta, además, que se podrían haber fijado “grados semiroyal” de forma homocigótica a través de cruces reiterados de ejemplares con igual grado de estriado.
Aplicando a la descendencia de esta pareja la “Ley de Herencia Intermedia”, conjuntamente con lo que ya sabemos, se obtendría:

Respetando la ley de “Herencia independiente de caracteres”, sabemos que cada una de las cargas genéticas se transmite independientemente del resto de genes que completan el genotipo de los ejemplares. Ni el factor genético pattern, ni cualquier otro factor genético, tienen influencia sobre los porcentajes de herencia de otros genes.
Turquesa Line Champion (9 bars) x Alenquer Santarém (10 bars) Semiroyal

Como se puede observar en la fotografía, el 100% de los ejemplares cumplen la teoría de herencia independiente de los caracteres y herencia intermedia de los alelos codominantes. En mayor o menor medida todos los ejemplares muestran trazas de estriado. Incluso ejemplares que en un primer momento muestran una apariencia  cercana al “fondo sólido” desarrollan en su etapa de madurez trazas de pattern semiroyal.
Turquesa Line Champion (9 bars) x Alenquer Santarém (10 bars) Semisolid

Si se aplica esta experiencia a la pareja de ejemplares Haraldis salvaje, cabe esperar resultados similares en la descendencia de primera generación. En este caso, con la diferencia del 100% de ejemplares de ojo rojo.

La segunda pregunta es: ¿Qué se puede esperar de la hipotética descendencia de esta primera generación?
Esta pregunta no es de fácil respuesta. Hay variedad de posibles combinaciones inbreeding y gran cantidad de cargas genéticas cuantitativas, cuya influencia es difícil de calibrar, aunque, a grandes rasgos, se puede obtener una idea aproximada. Para tratar de simplificarlo en la medida de lo posible, trataré cada carácter genético por separado.
 COLOR DE LA PUPILA DEL OJO:
Ejemplar 1: Aa (Heterocigótico ojo rojo)
Ejemplar 2: Aa (Heterocigótico ojo rojo)

Como se puede observar, en segunda generación, se puede esperar:
-          25% AA: Ejemplares homocigóticos ojo rojo.
-          50% Aa: Ejemplares heterocigóticos ojo rojo.
-          25% aa: ejemplares homocigóticos ojo ámbar.

NÚMERO DE BARRAS DE ESTRÉS:
En este caso, ya como he explicado, aventurar los resultados posibles lleva acarreado una carga importante de especulación,  existen varias combinaciones posibles dependiendo de la carga genética que porten los ejemplares seleccionados de la primera generación. Si nos regimos por los resultados obtenidos en la hipótesis 2, podríamos aventurar varias situaciones.
-          BB: Ejemplares homocigóticos 9 barras.
-          Bb: Ejemplares heterocigóticos 9 barras.
-          bb: Ejemplares homocigóticos 10 barras.
Evidentemente, no voy a representar el supuesto de la combinación de dos ejemplares homocigóticos BB de 9 barras o bb de 10 barras con ejemplares, también homocigóticos, que porten sus mismos alelos. En todos los casos, el cruce de ejemplares homocigóticos, dominantes o recesivos, con ejemplares del mismo tipo, da como resultado descendientes iguales en carga genética para ese caracter.
Quedan, por lo tanto, cuatro combinaciones posibles:
Primera posibilidad:
Ejemplar 1: BB (Homocigótico 9 barras)
Ejemplar 2: Bb (Heterocigótico 9 barras)

Se puede esperar:
-          50% BB: Ejemplares homocigóticos 9 barras.
-          50% Bb: Ejemplares heterocigóticos 9 barras.
Segunda posibilidad:
Ejemplar 1: bb (Homocigótico 10 barras)
Ejemplar 2: Bb (Heterocigótico 9 barras)

Se puede esperar:
-          50% bb: Ejemplares homocigóticos 10 barras.
-          50% Bb: Ejemplares heterocigóticos 9 barras.

Tercera posibilidad:
Ejemplar 1: Bb (Heterocigótico 9 barras)
Ejemplar 2: Bb (Heterocigótico 9 barras)

Se puede esperar:
-          25% bb: Ejemplares homocigóticos 10 barras.
-          50% Bb: Ejemplares heterocigóticos 9 barras.
-          25% BB: Ejemplares homocigóticos 9 barras.
Cuarta posibilidad:
La cuarta posibilidad se corresponde con el mismo cruce realizado entre la pareja de haraldis salvajes del comunitario, es decir, el cruce de un ejemplar homocigótico dominante y un ejemplar homocigótico recesivo. Como ya he comentado con anterioridad, en este caso, el 100% de la descendencia es heterocigótica en primera generación.
PATTERN:
Como ya he dicho con anterioridad, este es el caso más impreciso de valorar. No se puede cuantificar el grado de estriado de un ejemplar con exactitud. Sobre este factor genético influyen, además, otros caracteres cuantitativos como el color de fondo y el color de pattern que tienen influencia sobre el fenotipo de este caracter. Sin embargo, a nivel teórico, se puede establecer que, en el caso de la herencia intermedia de un carácter, en primera generación se produce una mezcla de alelos codominantes con el resultado de un fenotipo intermedio para este caracter, por el contrario, en segunda generación, los alelos “se vuelven a separar” y aparecen porcentajes de ejemplares sólidos y ejemplares royal.
Ejemplar 1: SR (Semiroyal codominante)
Ejemplar 2: SR (Semiroyal codominante)

Se puede esperar:
-          25% SS: Ejemplares sólidos.
-          50% SR: Ejemplares semiroyal.
-          25% RR: Ejemplares royal.
Creo que queda claro, después de todo lo expuesto, que tratar de sacar conclusiones 100% fiables del aspecto de nuestros futuros ejemplares, únicamente a través de un ejercicio teórico de aplicación de los conceptos de herencia de caracteres, es bastante difícil en el caso de aplicarse a líneas de cría sin depurar o en proceso de depuración. Hacen falta bastantes generaciones de cruces inbreading hasta alcanzar ejemplares homocigóticos para cada uno de los caracteres cualitativos que definen un ejemplar. Desde mi punto de vista, los caracteres cuantitativos quedarían fuera de la depuración de una línea.
Este proceso es el que ha seguido a lo largo de la historia para definir cada una de las variedades híbridas comerciales establecidas que podemos encontrar hoy en día en el mercado y es el que se sigue utilizando por algunos de los mejores criadores a nivel mundial, como sucede en el caso del conocido por todos, Alexander Piwowarski.
Espero que este pequeño ejercicio sirva para conocer un poco más a los ejemplares que mantenemos y que podemos esperar de ellos. Los conceptos planteados son eminentemente básicos, sin embargo, pueden resultarnos de gran utilidad a la hora de plantearnos cruzar uno de nuestros ejemplares o, simplemente, a la hora de adquirir uno nuevo. En cualquier caso, siempre nos quedará eso de…voy a probar a ver que sale.

Agradecimientos: Fotografias cedidas para Ponfediscus por Ocaride, Yowi y Najosabath

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